El Silbido Nocturno

No sé que sea lo que me atormenta, pero lo escucho cada noche mientras lleno esta libreta con canciones, poemas y pensamientos. No puedo conciliar el sueño por que tengo miedo de que algo pase si cierro los ojos.

Dulce y suavemente silba mi nombre y susurra mi alma, una hermosa canción elfica que me llama y me invita a tomar parte en rituales sobre dios sabe que. Es arrogante y soberbia, pero a la vez juguetea con los animales y los confunde. Al asomarme por la ventana puedo ver su hermosa silueta de mujer, danzando en la oscuridad y silbando, invitándome a cometer actos paganos con ella. Cierro los ojos y puedo imaginarme como es, tan hermosa, sus ojos como el cielo y su sonrisa como el trueno. Me ofrece su mano mientras el viento mueve dulcemente su cabello y sus ropas, sus rizos dorados brillan como si estuvieran hechos del mismísimo fuego del sol, me lastima la vista del solo verlos. Abro los ojos y me vuelvo a sumergir en oscuridad, recostado en mi cama, escuchando ese silbido afuera.

Lo único que puedo hacer es envolverme en mis sabanas y esperar a que el sueño me gane. Evitar escuchar como el viento dice mi nombre y rezar por que ese ser no sea tan poderoso para irrumpir en mi hogar y llevarme consigo.

En verdad le temo y le respeto, pero la curiosidad es fuerte y siento la necesidad de salir pasada la media noche y pedirle a la silbadora nocturna que me lleve por sus mundos oníricos llenos de colores y magia antigua, que me ame como yo la amo a ella y que mis temores se disipen.

Ya no puedo resistir mas, solo espero que si me llegara a pasar algo, esta hoja de papel pueda relatar lo que en verdad pasó conmigo. Que quede como testimonio de lo que ocurre noche tras noche en estas planicies.

Seguiré escribiendo mañana… Si es que aún sigo aquí.